Un nuevo año ha comenzado —millie&vero&mau&nath;

Finalmente, el último curso estaría por dar comienzo. Habían sido unas vacaciones adorables antes de que su lechuza aterrizara en pleno desayuno, un Sábado por la tarde, con las respectivas cartas que contenían todo lo necesario para volver a Hogwarts con tranquilidad. Mientras Annie tomaba la suya, revisando la lista de sus libros e iniciando una conversación con su madre, Sky miraba absorta a su querido compañero nival, sintiendo angustia por lo que sucedería luego de concluir sus estudios. Claro, tenía en su mente una idea planificada pero aun sentía que era demasiado pronto para abandonar el castillo.

Quién consiguió desviarla de sus pensamientos no fue su lechuza, si no cierto moreno miope que azotó la puerta de entrada, blandiendo algo en el aire que destellaba con la luz que entraba por la ventana. Segundos después, les enseñó con orgullo la placa de Premio Anual, algo que hizo reír a las hermanas Potter, comenzando ambas a imaginar todas las escenas posibles que se darían una vez James descubriera quién sería su compañera en el puesto, o mejor dicho, ¿cómo reaccionaría cierta pelirroja?

—¡Vamos! ¡vamos! ¡Vamos! —en el tiempo presente, se podía ver a una muchacha de largos claireles dorados, arrastrar por la plataforma a una joven menor de facciones similares y a un moreno que batallaba por esconder su sonrisa. ¿No era demasiado temprano para comenzar a fantasear?—. ¡Nos están esperando! —volvió a exclamar con entusiasmo, sin detenerse un solo segundo. Aun no habían cruzado la barrera mágica, por lo que no fue raro que los tres consiguieran llamar la atención de los demás transeúntes—, ¡James! Eres el nuevo Premio Anual, ¡tenías que estar hace quince minutos para orientar a los nuevos! —regañó sin dejar de guiarlos gracias al agarre que mantenía en sus muñecas—. ¡Y Annie! Prometimos que llegaríamos temprano —siguió parloteando por unos cuantos minutos más, mientras sus palabras eran coreadas por las risas de los adultos que iban tras ellos. Efectivamente, un nuevo año estaba por comenzar.

lily Evans

Cuando unos días atrás a la pelirroja le había llegado una lechuza con la lista de útiles y demás del colegio esta comenzó a leerlos feliz, para estar al tanto de que tendría que comprar y de que verían en su último año, pero cuando se dio cuenta de que había una carta extra que se veía algo abultada, un sentimiento de emoción comenzó a nacer en su pecho, y al abrirla y ver la placa, este explotó y pego tal grito, que toda su familia, incluso Tunny con quien ya tenía tanto tiempo sin casi hablarse, habían ido a ver que le había pasado. Ella no podía quitarse la sonrisa del rostro desde entonces, ni cuando discutió con su hermana porque esta no quería que sus padres la fueran a llevar, ya que la tenían que acompañar a ella a algún lugar que la pelirroja había ignorado, ni cuando llegó a la estación atestada de gente malhumorada, ni si quiera cuando pasó el muro que dividía el lado muggle del mágico y se despidió de sus padres, quienes debían irse rápido por su hermana.

Pero esta comenzó a decaer cuando comenzaban a ser las diez, y el otro premio anual no aparecía, según le había informado la profesora McGonagall en la carta que venía con la placa, la cual ella había visto dos horas más tarde, debían encontrarse en la entrada de ese vagón, para ponerse de acuerdo y guiar a los chicos nuevos, debían llegar a las 9:30am y ya eran las 10:15am, quien fuera el dichoso chico, se ganaría una de las regañinas de la prefecta pelirroja de los leones.

Selenne Knight

La morena había ignorado a sus padres durante todo el verano, y había sido uno de los más tranquilos, había logrado en su segundo mes irse a donde su abuelo y allí si había comenzado por fin su gran verano. Ese año sus padres habían querido comenzar a molestarla, porque ya iba a salir del colegio y debía decidir si quedarse en Inglaterra o volver por completo a Italia, además de que estudiaría, ellos se sentían con el derecho de decirle que hacer al ser mayor de edad, y la chica no se dejaría, por eso mismo había buscado una vía de escape y así no tener que discutir con ellos ese año. Cuando las cartas llegaran ella vería que hacer.

Su abuelo se había sentido mal toda la semana, por lo que ella había logrado arreglar por sí misma la manera de llegar al andén en Londres, un traslador de un país al otro era cansador, y la marearía de más, pero podía hacerlo y aparecería en un baño en desuso cerca de la estación. Una vez allí se acomodó y logró llegar a la estación con buen tiempo, sin encontrar a ninguna de sus amigas, cosa que la extraño pues solían llegar temprano. Dejó todo en un vagón apartado para cuando las viera y partió a buscarlas por todo el tren, encontrándose solo a Lily esperando algo, molesta por su cara en la entrada del tren, ¿La pelirroja sabría quién era el otro premio anual ese año?, ambos chicos le habían escrito para contarle la noticia y ella no podía reírse más, pues los que sabían aquello habían decidido que ambos chicos se enterarían por sí mismos. – ¡Lily! – Saludó acercándose a la chica y abrazándola con entusiasmo - ¿Estas esperando a los enanos de primero? – Preguntó para confirmar su suposición, aunque no veía a los Potter por ningún lado y el chico debía estar allí ¿o no?.

James Potter

James Potter no podía estar más ansioso por el comienzo de un nuevo año porque era imposible, desde que había recibido su carta de ser premio anual, miles de ideas se le cruzaron por la mente y principalmente las ventajas que iba a tener contra los Slytherin. Se vistió de manera casual para ir hacia la estación, siempre con su cabello desarreglado, los anteojos y una sonrisa que hacía juego con la arrogancia que presumía el moreno. Cuando vio a sus primas no pudo evitar la tentación de mostrarles tan prestigiada placa, aún no sabía el porque lo habían elegido a él para ser él el premio anual pero si sabía una cosa, le iba a sacar provecho como sea.

Se maldijo internamente porque se le había olvidado por completo en que tenía que llegar a tiempo así que tan pronto entró hacia el anden se colocó su placa caminando lentamente entre las personas, miró a lo lejos a Canuto y a colagusano y sonrió Sin duda iba a ser un gran día, pero para que fuera perfecto tenía que encontrar a cierta pelirroja. Buscó con la mirada a una melena roja hasta que la encontró hablando con Selenne, si que era su día de suerte. Tomó de la mano a sus primas para correr junto a ellas —Vengan, tenemos que saludar y mostrarles a todos mi nueva placa — Al llegar colocó inmediatamente una mano alrededor de los hombros de Lily — Hola lily que tal tu.. — Miró su placa para sonreirle ampliamente —¡Que genial, yo también soy premio anual!, no me dijiste que el amor de mi vida también sería premio anual Sel — Frunció el ceño mirándola, debido a que le había contado anteriormente en una carta.

Ruido. Eso era todo lo que escuchaba cuando se dirigían hacia la estación… tarde. Todo era culpa de James y su intento por lucir “bien”, si había cambiado pero seguía siendo el mismo James estúpido, y parecía no entender que su amiga (Lily o la pelirroja como la llama él) no veía lo físico si no lo interno, y según ella su querido primo carecía de cualquier cosa interna a menos que sean enfermedades venéreas, ella estaba segura que de esas tenía bastante. Pero bueno, ella mostró su mejor cara aun cuando sabía que llegaban tarde… o más bien JAMES llegaba tarde lo que haría que una pelirroja –y estaba segura de lo siguiente- lo sermoneara por su impuntualidad típica.

Una vez que llegaron a la estación y pasaron por el muro siguió callada aunque ahora una sonrisa adornaba su rostro, más cuando veía a su hermana perdida en sabrá dios que parte del mundo.  A lo lejos observo a los otros componente de los Merodeadores y su vista fue a buscar una cabellera oscura y una pelirroja, y no tuvo que esperar mucho solo siguió a su primo con la vista para darse cuenta donde se encontraba Lily y Sel. Lo siguió una vez el llego y se quedó esperando el espectáculo que armarían Lily y James, eso es algo no digno para perderse.